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agosto 03, 2025

SUSURRO A LA DISTANCIA CAPITULO 251 - 260

Capítulo 251 – “El mundo a sus pies”

La suite de Kaori en el hotel cinco estrellas no tenía nada que envidiarle a un palacio.
Cortinas pesadas, alfombra blanca, tres asistentes

personales revisando correos y llamadas.
El niño —o al menos el que ella decía que era de Joseph—

jugaba con una consola en la habitación contigua,

ajeno a la maquinaria que su madre había desatado.

Kaori estaba recostada sobre el diván, sosteniendo una copa de vino rosado

(sin haberla probado, solo para la foto),

mientras un fotógrafo capturaba imágenes para una revista

de farándula internacional. Ella giró el rostro,

fingió una lágrima contenida, bajó un poco la bata de seda.

—Perfecto, Kaori-san —dijo el fotógrafo en japonés—.

Esa mirada de nostalgia maternal vende como pan caliente.

Ella sonrió. Esa sonrisa perfecta que solo mostraba cuando estaba ganando.

—Avísame cuando esté lista la entrevista con Vogue Japón —ordenó—.

Y dile a mi equipo que quiero cambiar el enfoque para el documental.

Más emoción, más música suave. El público ama el drama.

Su agente le acercó una carpeta.

—Este es el borrador para la próxima canción.

Hablamos con los mismos compositores que trabajaron con Lili años atrás.

Vamos a reversionar una de sus canciones más íntimas, la que dedicó a su hermano…

pero dándole un giro. Algo que diga:

soy yo ahora quien carga ese dolor, como madre, como mujer abandonada.

Kaori hojeó la letra con una sonrisa cínica.

—Pobrecita Lili —murmuró—. En su estado no puede salir a decir nada.

La tiene difícil, ¿no?

—La tiene imposible —añadió su asistente.

—Y Joseph… él sigue callado. Perfecto.

Cuanto más tiempo calle, más creíble es mi historia.

Apoyó el expediente sobre la mesa, cruzó las piernas y dijo,

como quien elige el postre en un menú:

—Quiero otro video. Esta vez con el niño.

Algo espontáneo. Algo en el parque.

Que diga cuánto extraña a su papá. Que pregunte por él.

Que lo busque con la mirada.

Que le cante una de las canciones de Joseph,

mal, como niño. El público va a derretirse.

—¿Quieres que ensaye?

—No. Los niños no ensayan —rió Kaori—.

Pero que el camarógrafo sí lo haga. Quiero tres ángulos.

Luz natural. Y que alguien lo grabe "accidentalmente" con el celular.

Tiene que parecer que no fue planeado.

Silencio.
Todos tomaban nota.

—Ah, y cuando publiquen el video, activen los comentarios.

Pero solo los positivos. Quiero ver flores, corazones,

padres ausentes siendo perdonando por sus hijos…

basura emotiva. Que las lágrimas hagan trabajo de campo.


Horas después, Kaori miraba su propio

reflejo en el espejo del vestidor.

—¿Quién va a pararme ahora?

—susurró con orgullo.

Y la voz que le respondió, no era audible.
Pero estaba en su mirada:
Yo ya gané.


Lo que no sabía Kaori es que, en otra habitación, muy lejos de allí…
Lili ya se estaba preparando.
Y que Joseph, esta vez, no pensaba quedarse callado.



Capítulo 252 – “El niño que busca a papá”

—Recuerda, ni muy triste ni muy feliz. Tienes que parecer confundido,

pero tierno. ¿Entiendes?

El niño asintió, sentado en una banca del parque. Tenía la camiseta del

último tour de Joseph, algo grande para su cuerpo, pero perfecta para la imagen.

Un globo azul en la mano. El cabello ligeramente desordenado,

un poco de tierra en los jeans. Todo calculado.

Detrás de la cámara, un hombre con gorra y auriculares grababa con una

Canon de alta definición. A su lado, otro asistente sujetaba

un celular en posición vertical, el ángulo perfecto

para fingir que era una grabación casual.

—Acción —dijo uno de los técnicos con voz baja.

El niño miró alrededor, como si buscara a alguien.

—¿Papá? —dijo, mirando hacia la cámara con una

mezcla de inocencia y tristeza—.

Mamá dice que algún día vendrás a jugar conmigo…

pero yo ya cumplí nueve años.

Una pausa. El niño agachó la mirada, como se

lo habían dicho. Luego levantó el globo y lo soltó al aire.

El viento lo llevó directo hacia el cielo.

—Te extrañe, papá. Aun sin conocerte.

Detrás del monitor, Kaori observaba con los brazos cruzados.

—Perfecto. Corta ahí. Mantenemos la siguiente parte para otro clip.

El niño tocando una canción de Joseph en flauta, o algo así.

Que se note el vínculo.

El editor comenzó a trabajar apenas llegaron al estudio portátil.

Añadieron música suave de fondo, un filtro cálido y subtítulos en

dos idiomas: japonés y español.

Una hora después, Kaori subió el video desde su cuenta oficial:

🎈 "Para el papá que aún no conozco...

pero espero con todo mi corazón."
🎥 #PapáVenPorMí #NiñoSinPadre #JosephTamashi

Activaron comentarios, bloquearon palabras

clave como "farsa", "montaje", "Kaori mentirosa", y dejaron vía libre

para flores, aplausos y miles de corazones.

En menos de 30 minutos, el video tenía 1.5 millones de vistas.
En dos horas, era tendencia en Japón, Corea, República Dominicana y Panamá.

—"¿Cómo puede Joseph vivir con esto en la conciencia?"
—"Ese niño solo quiere amor. ¿Tanto cuesta darle su apellido?"
—"Kaori, eres una gran madre. Una guerrera."
—"¡Que se haga una prueba en vivo!"
—"Lili siempre fue una piedra en su camino. Este niño es real."

El equipo de Kaori celebraba. Un brindis con champán.
El algoritmo ya trabajaba por ellos.

Kaori sonrió, viendo la pantalla.

—Esto, Joseph… esto no podrás borrarlo tan fácil.


Muy lejos de ahí, Anyu estaba sentada en la sala de la casa,

con la mandíbula apretada, viendo el video en su celular.

—Esta tipa está jugando sucio de nuevo… —murmuró.

Y Lili, desde el otro sofá, lo veía en silencio.
La mandíbula le temblaba, pero no era miedo.

Era ira.



Capítulo 253 – “La caída de uno, la fama de otra”

12 horas después del lanzamiento del video del niño.

Trending topics a nivel mundial:

  • #JosephResponde

  • #KaoriYElNiño

  • #JusticiaParaElHijo

  • #LiliDesapareceOtraVez

Programas de farándula, talk shows, análisis mediáticos y hasta canales serios están debatiendo el mismo tema:
¿Joseph Tamashi es un padre ausente?


En un set de televisión japonés, una periodista de espectáculos alza la voz:

—Kaori ha sido valiente. Ha callado durante años,

ha protegido a su hijo de los reflectores. Pero ahora,

¿cómo puede seguir callando si Joseph ni siquiera

se presenta como padre? Es una vergüenza.

Otro panelista asiente:

—Es hora de que se haga justicia. Joseph no puede esconderse

detrás de una mujer embarazada y fingir que no

tiene otra responsabilidad. Ese niño lo necesita.


El video supera los 50 millones de reproducciones.
Kaori gana 2.4 millones de seguidores nuevos en 24 horas.
Marcas comienzan a ofrecerle contratos de patrocinio,

entrevistas exclusivas, invitaciones a eventos benéficos de madres solteras.

Lanza merchandising: camisetas con frases como

"Papá, ¿me recuerdas?", "Un hijo no se oculta", e incluso un osito

de peluche con voz grabada del niño diciendo “Papá, te espero”.

Y se agota. Todo.


Kaori, en una entrevista exclusiva:

—Yo no estoy haciendo esto por fama.
—Estoy luchando por mi hijo.
—Joseph sabe lo que hizo. Sabe que este niño es suyo.
—Yo no lo voy a atacar... solo quiero que se haga cargo.

Finge llorar. Pide una pausa en la grabación.
El rating se dispara.


Mientras tanto… Joseph no puede salir de casa sin ver su

rostro en los titulares, ahora acompañado de la palabra “ABANDONO”.

Revistas, portales y hasta programas latinos comienzan a hablar del escándalo:

—“¿Quién es realmente Joseph Tamashi?”
—“¿Lili, la víctima silenciosa o la cómplice?”
—“Kaori, madre soltera e ícono de fortaleza.”

—“El niño que está conmoviendo al mundo.”


Y Kaori no se detiene.

Saca un teaser del siguiente video:
Una canción acústica cantada por ella y el niño.
Verso tras verso, atacando directamente a Joseph y a su supuesto abandono.

“Cantábamos solos mamá y yo,
tú no estabas cuando aprendí a hablar,
pero aún te busco papá… aún te busco.”

Subtítulos en todos los idiomas.
Producción de alto nivel.
Lágrimas controladas.
Estrategia quirúrgica.

Kaori ya no es solo una figura controversial.
Ahora es una estrella.

Una marca.
Una historia.
Una narrativa que el público compró por completo.


Y en casa…

Joseph se sienta en el comedor, los ojos rojos de tanto ver el mismo video una y otra vez.

—No… esto no es real. No puede ser.

Lili sale del cuarto, sujetándose la barriga, ya casi de siete meses. Mira el televisor, luego a Joseph.

—¿Tú le diste ese poder?

Joseph niega con la cabeza.

—No lo sé, Lili… Pero si no la detenemos, va a destruirlo todo.

Capítulo 254 – “El Show Debe Continuar”

Lugar: Hotel cinco estrellas, suite presidencial – R.D

Kaori estaba sentada en la sala principal, vestida con una

bata de seda blanca, maquillaje perfecto y una copa de

vino en la mano, mientras su manager revisaba las notificaciones en su tablet.

—El teaser del video con el niño ya superó los 20 millones de vistas

—anunció con una sonrisa torcida—. Te están llamando de Fuji TV, CNN, y Netflix quiere un documental.

Kaori sonrió satisfecha.

—Es hora de darles la estocada.

Se levantó, caminó hasta el cuarto donde el niño,

maquillado y con un micrófono,

practicaba las líneas de la canción. El director de video ajustaba luces.

Todo estaba fríamente planeado.

—“No me mires con esos ojos,
si nunca estuviste aquí.
Mi mamá me enseñó a ser fuerte,
aunque tú hayas huido de mí.”

El niño no desafinaba. Había ensayado por semanas.

Kaori lo abrazó con una sonrisa maternal falsa.

—Vamos a enseñarle al mundo lo que sentimos, ¿sí?

Él solo asintió. No entendía mucho, solo que todos lo felicitaban

después de cada toma. Su verdadera historia... nadie la conocía.

Pero eso no importaba, no en este circo mediático.


Video oficial: "Te Esperé – Kaori & Hiro"

📅 Fecha de publicación: Lunes 8:00 p.m. (hora Japón)
⏱️ Duración: 4:12 minutos
🎥 Estilo: Documental musical – Blanco y negro

Inicio:
Imágenes de Kaori embarazada
El niño sentado con una foto de Joseph en las manos.
Kaori llorando mientras canta frente a un piano.

“Me dijiste que no existía,
que era parte de un error.
Pero aquí estoy con la verdad,
llamándote con mi voz.”

El coro lo canta el niño.
Con una voz temblorosa, rota, cuidadosamente entrenada.

Final del video:
El niño mira directo a cámara.
Con ojos grandes y voz suave dice:

—Papá… ¿me vas a seguir ignorando?

La pantalla se funde en negro.

Logo:
"Te esperé, pero ya no más."

Productora: Kaori Entertainment


YouTube lo colapsa.
TikTok explota con duetos, teorías, ediciones y reacciones.
Twitter/X se divide entre Team Kaori y Team Lili.


Kaori, en entrevista horas después:

—No estoy buscando dinero. Solo quiero que mi hijo tenga el lugar que merece.

—¿Y Joseph?

—Que se quede con la otra. Yo ya gané.


Redes sociales:

🌪 “No puedo con esto… lloré con el video. Ese niño merece amor.”
🔥 “Joseph es un cobarde. Lili, abre los ojos.”
💔 “No importa si lo odias… ese niño no tiene la culpa.”
💥 “Kaori es una reina. Una madre que lucha sola.”


Mientras tanto…

Alex ve el video completo, se sienta en su carro y golpea el volante con frustración.

—¡Joder! ¡Qué hija de…!  ¡Esto se fue de control!

Capítulo 255– "El plan perfecto de Kaori"

Lugar: Suite presidencial, Hotel Imperial – R.D

Kaori caminaba de un lado al otro de su habitación.

El video con el niño había explotado, pero algo

la carcomía por dentro: Lili aún tenía gente que la defendía.

—No puede ser… —susurró, deslizando su dedo por los comentarios de las redes.

A pesar del éxito mediático, a pesar del escándalo

y del video emocional, aún había clips de Lili cantando,

en vivo, con pancita y sonrisa serena, circulando en TikTok y YouTube.

Muchos fans comentaban:

💬 "Lili canta desde el alma. No necesita ruido ni prensa."
💬 "No me importa lo que digan, Lili sigue siendo mi inspiración."

—¡¿Pero qué carajo le ven?! —gritó Kaori, arrojando el teléfono contra el sofá.

Su asistente, Yuri, se asomó con cautela desde la puerta.

—Te llegó esto, Kaori-sama… —extendió una invitación de cartón negro con bordes dorados.

Kaori lo tomó con desinterés, pero al leer el encabezado, algo se activó en su mente:

"Noche de Gala de las Voces del Año – Dominican Arts Center"

—¿Y a mí qué me importa esta vaina?

—Va a asistir Lili Saito —dijo Yuri sin levantar la mirada,

como quien lanza una bomba y espera la explosión.

Kaori se quedó en silencio.

Se sentó. Cruzó las piernas. Y sonrió.

—Prepárate, Yuri. Vamos a aceptar esa invitación.

—¿Segura? ¿Crees que sea lo mejor ahora? El video aún está fresco.

—Justamente por eso —Kaori tomó su copa de vino—.

Voy a terminar de enterrar a esa mujer. No basta con hacerla ver débil…

ahora la voy a destruir frente a todos.

Yuri tragó saliva.

—¿Qué tienes en mente?

Kaori se acercó, lo miró fijamente y dijo con voz baja:

—El plan perfecto.


Horas más tarde – Sala de juntas privada con su equipo de marketing,

vestuario y producción.

Kaori desplegó su estrategia:

  • Vestido: un diseño blanco, casi nupcial, para representar “pureza y redención”.

  • El niño: lo llevaría con ella, como parte del show.

  • Él entregaría una flor a cada artista… menos a Lili.

  • Declaración sorpresa: un video editado con

  • supuestas cartas de Joseph pidiéndole volver

  • (evidencias manipuladas con IA y textos reales sacados de contexto).

  • Actitud: fingir reconciliación, pedir paz, y que todo se vea como si Lili estuviera siendo conflictiva.

—Esto será una bomba emocional. Nadie la va a ver venir —dijo Kaori con una sonrisa diabólica.

Uno de los productores le preguntó con cautela:

—¿Y si Lili no reacciona?

—Ah… reaccionará —Kaori se acercó al proyector, mostrando un clip

filtrado de Lili saliendo de una clínica—.

Toda su calma es una ilusión. Yo sé en qué punto presionar.

Y ahora tengo al público en la palma de mi mano.

Kaori sola, frente a un espejo, probándose el vestido blanco. Sonríe y dice para sí misma:

—El mundo la va a ver romperse… y yo voy a estar en primera fila.

Capítulo 256 – “Antes del Show”

Lugar: RD – Dos días antes de la Gala

Kaori revisaba su teléfono como un general estudiando el mapa antes de entrar a la guerra.
Las visualizaciones de su nuevo videoclip superaban los 48 millones. En menos de 72 horas.
Y lo sabía: eso no era talento. Era control. Estrategia. Y manipulación emocional.

—Tienen hambre de drama. De escándalo. De sufrimiento… y yo se los voy a dar.


Día 1 – “Preparación del terreno”

Kaori se reunió en un café con su contacto en un canal de televisión:

—Quiero que tu equipo esté dentro. No en la alfombra roja. Adentro. Con cámara en mano.

—¿Tienes permiso de los organizadores?

—No aún. Pero tú te encargas de eso, ¿cierto? Si no… puedo llamar a otro.

—Está bien… —tragó saliva el productor— ¿Cuál es el objetivo?

—Yo voy a hacer una declaración importante. Y necesito que el mundo la escuche en vivo.


Esa misma noche – Suite privada, ensayo de la “puesta en escena”

Kaori tenía al niño frente a ella, vestido con un trajecito blanco,

sentado con una flor en la mano.
Una asistente le explicaba:

—Recuerda, cuando veas a los artistas subiendo,

vas y le das una flor a cada uno.

Pero cuando veas a la “chica del pelo rojo”…

te paras. Nada de flor. Solo la miras. ¿Entendiste?

El niño asintió, entrenado, sin cuestionar.

Kaori lo había preparado como a un actor infantil.

—Buen chico —dijo ella, dándole un beso en la frente.

Después se giró a su equipo:

—¿Tenemos ya el video editado?

—Sí. Está listo. Clips de Joseph escribiendo,

algunas notas, fotos… y la narración lo hace sonar

como si estuviera arrepentido y buscando a Kaori.

—Perfecto. Lo proyectaremos al final del evento,

cuando el ambiente esté más tenso.


Día 2 – “Campaña previa”

Kaori comenzó a dar entrevistas estratégicas.

Ninguna directa, todas por “filtraciones” y apariciones sorpresas en estudios.
En una, dejó caer la bomba:

—Yo solo quiero paz…

pero siento que hay personas que no me la permiten.

Que no me han perdonado…

cuando yo no hice más que callar durante años.

—¿Habla de Lili Saito?

—No he dicho nombres. Pero si la gente quiere asumir… allá ellos.

Las redes se incendiaron.

#KaoriLaVerdadera
#LiliMiente
#ElNiñoDeLaVerdad

Las tendencias estaban bajo su control. Exactamente como lo planeó.


En paralelo – Llamada con su estilista

—El vestido debe ajustarse más al vientre.

No al mío, al de ella. Lili. Que parezca que está inflada.

Que se note exagerado. Eso le hará ver

“vulnerable”, “emocionalmente inestable”.

—¿Y tú?

—Yo seré la madre heroína. Elegante. Serena. Fuerte.

Kaori frente al espejo. Ya no sonreía. Tenía una expresión vacía, metálica.
Tomó una hoja de papel donde había dibujado un ajedrez con nombres:

Reina blanca – Kaori
Reina roja – Lili
Rey – Joseph
Peón – El niño

Tachó con tinta roja el nombre de Lili.

—Te robaste lo que era mío. Ahora yo te lo voy a arrancar con las uñas…

frente a todos.

Apagó la luz. Ya estaba todo listo.



Capítulo 257– “Razones del Corazón”

Lugar: Residencia en República Dominicana
Día del evento – 10:32 a.m.

—¿Estás segura? —Joseph le preguntó mientras se abotonaba la camisa,

el ceño fruncido con esa mezcla entre preocupación

y cariño que solo él lograba mostrar sin decir demasiado.

Lili estaba sentada en la cama, mirando la ropa que había

colgado en el perchero. El vestido lila pastel, suelto pero elegante,

colgaba frente a ella. Su vientre redondo de siete meses era

ahora imposible de disimular, ni con telas ni con poses.

—Sí —respondió con suavidad, pasando una mano

por su barriga—. Ya acepté ir, Joseph.

No se trata de cámaras, ni de prensa. Es por ellos.

Joseph suspiró, se acercó y se arrodilló frente a ella.

—Sé que te mueve el corazón, pero…

no te exijas tanto. Ya estás de siete meses.

Esta barriga parece de nueve —dijo, con una sonrisa leve,

besándole el vientre—. Si algo te molesta, si algo te incomoda, no tienes que quedarte.

—Lo sé —dijo ella, tocándole el rostro—. Pero tú fuiste quien

me enseñó que hay cosas que uno hace… por amor, aunque duela un poco.

Joseph se quedó en silencio.

—Niños que han luchado contra el cáncer,

familias rotas que hoy se abrazan de nuevo…

yo también pasé por eso, Joseph. Zess también lo vivió.

Y muchos en el público tal vez no sepan quién soy ahora,

pero sabrán que alguien con cicatrices también puede cantar.


12:07 p.m. – Tocador

Anyu, que había llegado temprano, le ayudaba con el maquillaje mientras Lili acomodaba una liga en su muñeca.

—¿Estás nerviosa? —preguntó Anyu.

—Un poco —admitió Lili—. No por cantar. Sino porque esta vez no quiero fallarle a nadie.

Anyu la miró por el espejo.

—Lili… tú ya no tienes que demostrarle nada a nadie.

Si hoy vas, es por ti, y por ese pequeño que llevas dentro.

Eso vale más que cualquier cámara.

Lili sonrió, pero el gesto se quebró por un instante.

—¿Y si algo sale mal?

—Entonces improvisamos, como siempre. Pero esta vez no estás sola.


2:35 p.m. – En el carro camino al evento

Joseph sostenía su mano mientras Lili respiraba profundo.

Cada bache en la carretera se sentía como un temblor dentro de su cuerpo.

El bebé se movía mucho ese día.

—¿Sabes qué estaba pensando? —dijo ella.

—¿Qué?

—Que si después de todo esto, puedo mirar al público sin temblar,

sin esconderme… entonces, puedo volver a ser yo.

No “la voz misteriosa”. No la víctima. Solo yo.

Joseph la miró con ojos llenos de ternura y orgullo.

—Para mí, siempre has sido tú. Nunca dejaste de serlo.


3:12 p.m. – Llegada al evento

Lili bajó del auto con ayuda de Joseph. El lugar era un centro de eventos con un área abierta decorada con flores, globos y mensajes de superación.

Aunque la prensa estaba presente, los organizadores habían

prometido mantenerlos lejos. No era un evento mediático. Era un evento humano.

Niños corrían con camisetas blancas llenas de dibujos,

varios con pañuelos en la cabeza. Algunos gritaban

“¡Joseph!” al verlo. Otros simplemente miraban curiosos a Lili.

Ella caminó con pasos lentos. No tenía miedo esta vez. Tenía un propósito.


4:00 p.m. – Tras bambalinas

Lili y Joseph tenían una presentación sencilla: cantarían una canción juntos,

dedicada a las personas presentes. Nada más.

Pero mientras él revisaba la guitarra con un técnico,

ella sintió una punzada baja en la espalda. Se sujetó el abdomen, cerró los ojos un momento.

—¿Estás bien? —preguntó Joseph al notar el gesto.

—Sí… sí. Solo… creo que el bebé no quiere que me olvide de él ni un segundo.

Joseph le acarició la mejilla.

—Si algo pasa, salimos. No importa nada más.

Lili asintió. Pero no se iría. No aún.

Porque ese día, no solo iba a cantar.
Iba a vivir.

Capítulo 258 – “Luz y Sombra”

📍 Centro de Eventos “Renacer” – 4:45 p.m.

El sol comenzaba a caer con una calidez dorada sobre los jardines del evento. Las luces se encendían con suavidad, reflejando colores suaves sobre los rostros de los asistentes. Niños, sobrevivientes de cáncer, y familiares esperaban con sonrisas tiernas.

En el pequeño escenario, Joseph ajustaba el micrófono.

Su guitarra colgaba de su hombro. A su lado,

Lili estaba sentada en un banco alto, vestida con un vestido claro que no ocultaba su

pancita de siete meses. Era imposible ignorarla, pero esta vez,

no la ocultaba. La mostraba con orgullo.

Joseph tomó la palabra.

—Esta canción es por ustedes. Por los que lucharon, por los que

siguen luchando. Por los que creen que la vida sigue siendo hermosa,

incluso cuando duele.

Lili no dijo nada. Solo cerró los ojos… y comenzó a cantar.

🎵 “Aunque el mundo duela, aunque tiemble el suelo…
tus pasos siguen dejando huellas…
y yo, contigo, las seguiré.” 🎵

Las voces de ambos se fundieron en una armonía íntima y fuerte.

El silencio del público era absoluto. Solo se escuchaban las notas y la emoción contenida.

Ni una sola cámara. Nadie gritaba. Nadie interrumpía.

Solo personas, y dos artistas que ya no querían fama. Querían paz.


📍 Hotel Imperial – Habitación presidencial – Kaori

—¿Listo el guion? —preguntó Kaori, mientras se colocaba los aretes frente al espejo.

Su asistente asintió.

—El audio está listo. Usamos inteligencia artificial para

replicar la voz de Joseph diciendo que lamentaba dejar sola a Lili,

pero que su prioridad era su hijo.

Kaori sonrió.

—Perfecto. Después del evento, lo filtramos.

Que parezca una conversación privada entre

Joseph y su verdadero hijo. Quiero que el público vea a

Lili como lo que realmente es: una mujer que

robó un hombre y ocultó la verdad.

—¿Y si Joseph habla?

—¡Que hable! Ya no tiene poder sobre la narrativa.

Yo tengo el niño, la historia, el marketing.
Y ella… solo tiene una barriga.

Mientras reía, no se daba cuenta que alguien del staff,

uno de los nuevos técnicos de sonido, estaba grabando

todo con un micrófono oculto.
Uno que Alex y Anyu habían infiltrado.


📍 Evento – 5:05 p.m.

La canción terminaba. El público aplaudía de pie.

Algunos niños lloraban. Un padre abrazaba a su hija,

que usaba aún pañuelo en la cabeza.

Lili bajó del escenario con ayuda de Joseph.

Su cuerpo temblaba levemente.

Había estado parada más de lo que podía. Pero sonreía.

—¿Estás bien? —preguntó Joseph con suavidad.

—Sí… por ahora —respondió ella—.

Me duele la espalda. Pero vale la pena.

Anyu la recibió con una botella de agua.

—Te luciste. Parecías… tú.

Lili sonrió débilmente.

—Es que soy yo. Solo… en proceso de reconstrucción.


📍 Hotel Imperial  “Sala de edición” improvisada

Kaori se acercó al editor de contenido.

—Quiero el video listo en menos de tres horas. Quiero que el título diga “La verdad detrás del abandono de Joseph: ¿Lili fue una trampa?”

El editor, algo nervioso, asintió.

Kaori lo miró con desprecio.

—¿Tú crees que a la gente le importa la verdad?
Lo que importa es quién llora primero…
y yo tengo más lágrimas grabadas que Lili en toda su maldita vida.

Se fue entre carcajadas.

No sabía que ya estaban filtrando su jugada desde dentro.


📍 Residencia – Noche – 8:32 p.m.

Lili descansaba con los pies sobre un cojín.

Joseph masajeaba su espalda baja con una crema especial. Ella suspiró.

—Hoy me sentí útil. Por primera vez en mucho tiempo, no me sentí una carga.

Joseph se inclinó y besó su vientre.

—Nunca lo has sido. Pero si hoy te sentiste completa… yo me sentí orgulloso.

Ella lo miró.

—¿Crees que puedan con nosotros?

Joseph apretó su mano.

—Que lo intenten.

🕷️ Capítulo 259 – “El Ruido de una Mentira”

📍Redes Sociales – 7:00 a.m.

#EXCLUSIVA
“Joseph Tamashi confiesa que su hijo con Kaori

siempre fue su prioridad. Lili fue un accidente emocional.”

Ese era el título del video que comenzaba a viralizarse

como fuego sobre gasolina seca.

El clip mostraba a Joseph, sentado en lo que parecía ser un hotel,

hablando con un niño.

—“Lamento haber dejado a tu mamá sola tanto tiempo.

Pero tenía que resolver… cosas. Lili no debía ser más que una distracción.

Eres lo más importante para mí.”

La calidad era extrañamente buena. Había subtítulos, efectos dramáticos,

y la música de fondo convertía el video en algo emocionalmente manipulador.

Los comentarios eran una bomba nuclear:

“¡Lili destruyó una familia!”
“Joseph es un hipócrita.”
“¿Y ahora quién es la víctima?”
“Kaori siempre dijo la verdad.”
“Ese niño es igualito a él. Qué vergüenza lo que hizo con Lili.”

En menos de 1 hora, el video había alcanzado más de 3 millones de visualizaciones.


8:12 a.m.

Lili estaba desayunando fruta con yogurt, mientras Joseph preparaba café.

El celular de ambos vibró al mismo tiempo.

Joseph lo vio primero. Su rostro se endureció.

—Mierda…

—¿Qué pasó? —preguntó Lili, pero ya lo sabía.

Tomó su celular y vio el video. No duró ni veinte segundos viéndolo. Lo apagó.

—Manipulado —dijo con voz seca.

Joseph asentía, con las manos temblando.

—Pusieron palabras mías, pero jamás las dije en ese orden.

Usaron IA. Mezclaron tomas del hotel…

—Kaori está jugando con todo. No solo con tu imagen.

Con el concepto de nosotros.

Joseph se dejó caer en la silla de la cocina, como si todo el

peso del mundo le cayera encima.

—Y el maldito público se lo está creyendo…

Lili respiró hondo.

—Deja que explote, Joseph. Déjala que suba. Aún no vamos a mover ninguna ficha.

—¿Y mientras tanto?

—Mientras tanto… nos preparamos.


📍Departamento de Alex – 9:43 a.m.

Alex maldecía frente a tres pantallas.

—Ese maldito video está perfectamente editado.

Esto es producción de nivel cine. Kaori está usando todos sus recursos.

Tiene gente detrás. Está pagada. Tiene guionistas,

editores, managers, publicistas. Es una industria.

Anyu estaba conectada desde otra habitación del apartamento.

—¿Pudieron acceder a los archivos de audio que filtramos de su equipo?

—Todavía no —respondió Alex—.

El técnico que metimos está limpiando el audio.

Pero lo que dijo… eso del guion, eso de que

“tengo más lágrimas grabadas que Lili en toda su maldita vida”…

si conseguimos eso con claridad, se le cae el imperio.

—Entonces que ruede la bola —dijo Anyu con rabia—.

Nadie le arranca lo que Lili y Zess construyeron. Nadie.


📍Redacción de medios en R.D – 10:01 a.m.

Kaori sonreía mientras le tomaban fotos en una sala blanca.

—"El amor de una madre siempre triunfa." —dijo en tono suave a una entrevistadora.

—¿Qué responderías a quienes dicen que

estás aprovechándote de todo esto?

Kaori bajó la mirada, fingiendo tristeza.

—Yo solo estoy defendiendo a mi hijo.

Joseph está confundido. Pero en el fondo…

él sabe lo que realmente importa.


📍Departamento de Joseph y Lili – Mediodía

Joseph no había salido de la cocina en horas.

Lili lo encontró sentado frente al celular, con la misma expresión.

—¿Estás bien?

—No.

—¿Quieres hablar?

—No.
—…
—Sí.

Joseph alzó la vista. Tenía los ojos rojos.

—Es mi voz, Lili. Pero no soy yo.

¿Cómo se defiende uno de una mentira

que suena tan malditamente real?

Lili se arrodilló con dificultad frente a él.

—Juntos. Como dijimos. No vas a defenderte

tú solo nunca más. Ya no más silencios.

No más cruzarte de brazos mientras te entierran.

Joseph asintió. Pero no podía dejar de mirar la pantalla.

Ella le tocó el rostro.

—Yo confío en ti. Pero tú también debes confiar en ti mismo.


🥀 Capítulo 260 – Flores Marchitas

📍Centro de Convenciones de RD– Evento “Luz para los pequeños guerreros”

8:35 p.m.

El escenario estaba decorado con tonos suaves,

lleno de globos blancos, luces tenues y fotos de

los niños que serían homenajeados esa noche.

Las celebridades invitadas ya comenzaban a

tomar sus lugares en la primera fila. Joseph y Lili,

con una elegancia discreta, caminaban directo a su asiento reservado.

—¿Estás segura de que quieres quedarte

todo el evento? —susurró Joseph, tomando su mano con firmeza.

Lili asintió, aunque el vestido le apretaba más de lo esperado.

Su panza de siete meses parecía de nueve.

Su espalda dolía. Pero no era el momento de quejarse.

Estaba allí por esos niños, no por Kaori.

Y justo cuando pensó en ella, la vio.

Kaori hizo su entrada con su séquito completo.

Vestía de blanco puro. Impecable. El niño, de la mano de su asistente,

caminaba tranquilo… demasiado tranquilo. Todo era ensayado. Calculado.

Los flashes se encendieron.

—¡Kaori-san! ¡Aquí!
—¡Kaori, posa con tu hijo!
—¿El papá vendrá hoy?

Lili y Joseph se sentaron. Ella tragó saliva con dificultad. Joseph la miró de reojo, atento.

—¿Todo bien?

—Va a hacer algo. Estoy segura.

Joseph solo apretó más su mano.


📍Durante el evento – 9:14 p.m.

Una niña acababa de cantar una canción compuesta por

uno de los niños hospitalizados. El público aplaudía, algunos lloraban.

Era un evento profundamente emocional.

De pronto, una presentadora subió al escenario.

—Y ahora, una sorpresa por parte de nuestros pequeños

invitados: uno de nuestros niños desea entregar flores

personalmente a las celebridades que hoy nos acompañan.

La pantalla mostró en grande al niño… el supuesto hijo de Joseph y Kaori.

—¿Qué carajo? —murmuró Alex entre dientes desde una fila más atrás.

El niño tenía un ramo de flores individuales.

Caminó primero hacia una actriz reconocida, le entregó una rosa.

Luego a un cantante. Otra flor. Después a un comediante.

Se acercaba a Joseph. Le entregó una flor azul. Joseph la recibió en silencio.

Y luego… el niño se detuvo frente a Lili.

La vio.

Y siguió caminando.

No una palabra. No un gesto.

Las cámaras lo captaron todo.

Unos segundos de silencio bastaron para que la

gente notara lo que acababa de pasar.

Lili sintió un puñal en el estómago.

No era físico. Era algo más profundo.

La flor no entregada hablaba más que cualquier entrevista manipulada.

Kaori, sentada a unos metros, sonreía. Una sonrisa pequeña.

De esas que sabían que habían ganado por ahora.

Joseph apretó la mano de Lili, pero ella ya no podía contener la mirada vidriosa.

—Está bien —susurró—. No digas nada. No aquí.


📍Camerinos – 10:12 p.m.

Lili estaba sentada en una banca, intentando calmarse. Alex,

con el celular en mano, veía los titulares explotar:

“El hijo de Joseph ignora a Lili en emotiva entrega de flores.”
“Kaori y su hijo, la nueva familia símbolo de ternura en RD y Japon.”
“Lili, desplazada en vivo.”
“Ni el niño quiso darle una flor.”

Joseph entró al camerino.

—Vamos. Nos vamos.

—¿No falta tu número? —preguntó ella, con voz apagada.

—No voy a seguir en este maldito circo.

Ella lo vio fijamente. Quería quedarse. Pero su corazón estaba en el suelo.

Y su hijo no merecía ese estrés.

Asintió.


📍Salida del evento – 10:34 p.m.

Los flashes seguían. Los reporteros gritaban. Pero Joseph y Lili no hablaron.

Subieron al vehículo y se alejaron en silencio.

—Lo planeó todo —murmuró ella, mirando por la ventana—.

Usó al niño como escudo emocional.

—Y la gente se lo comió —añadió Joseph, frustrado.

—Pero se olvidó de algo…

—¿Qué?

—Que nosotros no hemos jugado nuestras cartas todavía.